Lo que debes saber para tener un buen cierre fiscal de tu empresa
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El 2020 fue un año complicado para todos los negocios a causa de la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV2, causante de la COVID-19, que ha ocasionado que muchas empresas tuvieran que reestructurar sus operaciones para mantenerse a flote y alcanzar sus objetivos financieros, así como cumplir con las declaraciones mensuales y anuales; para esta última, el cierre fiscal es indispensable y hoy te contaremos cómo prepararlo.
En primera instancia debes contemplar el cierre contable, que te ayudará a identificar las utilidades y posibles pérdidas del negocio. En esta etapa se cierran las cuentas de resultados del año (del 1 de enero al 31 de diciembre) para, posteriormente, realizar las cuentas del balance del año.
Una vez que se tiene el cierre contable, procede al cierre fiscal, proceso en el que se realizan los ajustes de impuestos sobre utilidades, amortizaciones de activos, deducciones fiscales, o impuestos de sociedades si es que los hay.
El cierre fiscal no sigue el transcurso natural del año, pero se debe considerar que el periodo también comprende 12 meses; las personas físicas deben presentar su declaración anual a más tardar el 30 de abril del año posterior al ejercicio correspondiente, mientras que las personas morales tienen hasta el 31 de marzo, aunque algunas ocasiones ambos tipos de contribuyentes pueden solicitar una prórroga al SAT.
Para realizar el cierre fiscal, toma en cuenta los siguientes aspectos:
- Conciliación bancaria. Antes de cerrar el ejercicio fiscal es indispensable asegurarte de que no hay errores contables, por lo que debes comparar los movimientos registrados en la contabilidad con los asentados en el estado de cuenta. Si los números coinciden, la información estará en orden, pero si hay diferencias entonces es reflejo de que hay alguna operación que no se registró, o bien, es señal de que existen desvíos de dinero en el negocio.
- Verificación de que los periodos cuadran. Aunado a lo anterior, asegúrate de que los movimientos realizados en el último mes estén reflejados en la contabilidad y el estado de cuenta; de hecho, esta es la razón por la que el SAT da tres o cuatro meses después del cierre contable para presentar el cierre fiscal, dando tiempo para que se pongan en orden todos los archivos.
- Asegúrate de que todas las cuentas estén cerradas. Si hay operaciones pendientes, como cuentas por cobrar, posibles adquisiciones de mercancía o ventas, asegúrate de concretarlas y tener la factura correspondiente.
- No olvides el inventario y deudas sin pagar. Considera los productos que aún no se han vendido, las deudas del año contable y créditos pendientes de liquidarse.
Una vez que te hayas asegurado de que los movimientos están en orden, realiza el asiento de cierre para indicar que ya no se considerarán más operaciones en las cuentas del ejercicio anterior. Al mismo tiempo, realiza el asiento de apertura para las cuentas del siguiente ejercicio fiscal.
Recuerda tener a la mano todos los comprobantes fiscales digitales (CFDI), tanto de ingresos como de gastos, pagos de nómina o servicios, que se hayan generado a lo largo del año fiscal; de este modo, si hubiera alguna solicitud de aclaración por parte del SAT, podrás realizarla con facilidad y evitar sanciones.
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